El Baldaquino de San Pedro, encargado a Bernini en 1624, representa este concepto de exaltación papal. Éste fue realizado por Bernini con su padre Pietro como primer oficial y con la colaboración de Borromini a partir de 1629, finalizándose en 1633. El baldaquino se encuentra realizado completamente en bronce sobredorado, combinando elementos escultóricos y arquitectónicos. Este baldaquino, dentro de la concepción miguelangelina de San Pedro como templum, cubre la tumba del apóstol.
Esta es una estructura a medio camino entre la arquitectura y la escultura, utilizando columnas salomónicas por primera vez desde la Antigüedad, y tratando de crear un espacio más acorde al espectador. Así sirve de intermediario entre la escala colosal de la basílica y la humana del espectador, antropizando en espacio.
El uso del orden salomónico es un tanto arbitrario, usando en las columnas un canon similar al corintio y con un dado de entablamento sobre ellos, estando unidos estos por guardamalletas imitando decoración textil. El conjunto se halla coronado por cuatro cornapuntas, realizadas por Pietro y Borromini, del cual apreciamos un cierto influjo. Las columnas están decoradas por pámpanos de vid, referencia a la eucaristía, en los cuales liban abejas, en alusión al escudo de los Barberini.
Este escudo lo encontramos también en los relieves de los podios.
Esta es una estructura a medio camino entre la arquitectura y la escultura, utilizando columnas salomónicas por primera vez desde la Antigüedad, y tratando de crear un espacio más acorde al espectador. Así sirve de intermediario entre la escala colosal de la basílica y la humana del espectador, antropizando en espacio.
El uso del orden salomónico es un tanto arbitrario, usando en las columnas un canon similar al corintio y con un dado de entablamento sobre ellos, estando unidos estos por guardamalletas imitando decoración textil. El conjunto se halla coronado por cuatro cornapuntas, realizadas por Pietro y Borromini, del cual apreciamos un cierto influjo. Las columnas están decoradas por pámpanos de vid, referencia a la eucaristía, en los cuales liban abejas, en alusión al escudo de los Barberini.
Este escudo lo encontramos también en los relieves de los podios.
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